viernes, 25 de febrero de 2011

Shakespeare

"Construiría ante ti una cabaña de sauce y reclamaría mi alma en tu morada, escribiría sinceros versos de desdeñado amor y los cantaría alto en el silencio de la noche, gritaría tu nombre al eco de las colinas para que incluso el silencio repitiera por el espacio el nombre de..."

miércoles, 23 de febrero de 2011

iceland

Muchas veces, imaginas que todo se vuelve a tu favor y que todo es como tú quieres que sea. Lo piensas, y eres feliz durante un instante. Todo va bien, pero después despiertas y te das cuenta de que todo es un sueño. Te das cuenta de que no vale la pena estar triste y de que tienes que luchar por lo que quieres, sea lo que sea. Y sabes que tú estás por encima de eso, de lo que se haga y lo que se diga, y que simplemente has venido a esta vida para vivir.

lunes, 21 de febrero de 2011

domingo, 20 de febrero de 2011

Walk away.



Caminamos juntos durante tanto tiempo, pero de repente el camino que seguíamos se bifurcó. Nuestras vidas se separaron como en una película de miedo, no había vuelta atrás. Todos juntos os fuisteis por la derecha, yo escogí el camino de la izquierda. Y creo que escogí lo correcto.

Y que no cambie.

Me cogiste la mano y me susurraste al oído que nada malo podría pasar. Yo te contesté, con la voz quebrada por el miedo, que contigo todo iría bien. Oímos pasos que se acercaban, y en ese momento la sala en la que nos encontrábamos se cerró por completo. Tú y yo nos sentamos en el suelo, en completa oscuridad, mientras una pequeña luz brillaba justo encima de nuestras cabezas. Nuestro mundo, nuestro, únicamente, y encima para siempre. No importaba el precio, éramos tú y yo solas, en un universo paralelo, perfecto, con ríos de caramelo y playas de chocolate, con dibujos de arco iris en cada esquina, con un vertedero de gominolas de acceso público, con islas de galleta y agua de mar. Alzamos los ojos a la vez, cronometradas por el paso del tiempo, y vimos nuestra vida pasar a lo largo de todo. Me repetiste que no importaba el precio que tuvimos que pagar, ni un día de nuestra infancia ni todo nuestro futuro. No importaba. En esos instantes no importaba nada. De repente, la extraña película se paró, se quedó quieta, y por un minutoinstante pude vernos a las dos, con más de cien años, cogidas de la mano, como estábamos ahora, en esa misma sala, con esa misma luz y con ese mismo tiempo. Tú me hiciste comprender la vida, me hiciste comprender que no hacen falta más de dos para pasar la vida, que pasase lo que pasase tú estarías allí. Que aunque un río de esos de caramelo de nuestro universo paralelo nos separase, que su cauce se desbordara y que no pudiésemos acercarnos, siempre quedaría un túnel subterráneo al final del cuál siempre está la luz, nuestra luz, la que nos hace felices.
Y mi luz eres tú.


viernes, 18 de febrero de 2011

Por el simple deseo de recordarte.

Aún hoy puedo dibujar en la arena tu sonrisa.


Fue hace mucho tiempo, cuando todavía existían las estrellas fugaces en sí, cuando aún cumplían deseos. Fue poco después del Big Ban... o quizás no tanto, quizás fue mucho después, de eso ya no estoy segura. Pero de lo que sí estoy segura es de que te conocí, de que te fuiste y de que aún te recuerdo, te recuerdo como si fuera ayer cuando existían campos de margaritas sin pisar, cuando las rosas aún no tenían pinchos y sus tallos eran de un color verde puro. Cuando el mar aún era infinito, cuando no se veía la otra orilla. Creo que todavía recuerdo tu olor, y tu voz. Sí, sí, recuerdo el sonido de tu voz. Recuerdo que una vez me leíste un poema. No era un poema de amor. La verdad, no recuerdo de qué era. Pero no era de amor. Tampoco recuerdo tu cara. Pero recuerdo algo de ti. Algo importante, algo que te caracterizaba, algo que era tuyo, tuyo y de nadie más. Era único.


Aún hoy puedo dibujar en la arena tu sonrisa.

jueves, 17 de febrero de 2011

Para.

Probablemente no sepas que con esto estás hiriendo mis sentimientos, probablemente no te des cuenta de lo que estás haciendo, porque lo único que te importa es no ver pasar las agujas del tiempo hacia delante para aprovechar la vida. Pero probablemente estés aprovechando demasiado, así que para. Para. Para y mira lo que está causando tu comportamiento, en mí, en todas las demás personas, para, parad todos, que se pare el mundo, que te deje darte cuenta de todo lo que haces mal, de que no estás haciendo nada bien, de que todo es un lío confuso, que eres la que estás perdiendo, que eres la que está escogiendo mal, que tarde o temprano repercutirá en ti, en mí, en la gente que nos rodea, en el mundo. Para, por favor, y párate un segundo a pensar lo que estás haciendo, y dime ¿es realmente lo correcto?

martes, 15 de febrero de 2011

Camino del olvido

Olvidar. Olvidar es una palabra muy seria. No me gusta. Significa dejar de tener en la memoria lo que se tenía o debía tener, perder el afecto por alguien, perder la memoria. No perdonar, no olvidar. Me dijeron varias veces, perdóname y olvida lo que pasó. No se lo dije, pero lo pensaba. Yo perdono pero no olvido.


domingo, 13 de febrero de 2011

me, myself & I

Sabes, quizás no lo hagas con mala intención. Decir que te cae mal una persona puede proporcionarte una satisfacción inigualable. Pero todo depende de la persona hacia la que vaya. Y ya sé que puede que no lo hayas pensado; en mi opinión no es así. Y me fastidia. Y, sabes también, llegará tu día. El día en que te ocurra lo mismo que a mí, que, de alguna manera, pagues por lo que has hecho.

-Give it all away-

Hace más de un año cometí un error.
De los errores se aprende.
Aprendí que no debía cometer ese error nunca más.

Y ahora es cuando digo que te olvidaré. Y sabes que lo haré, que lo conseguiré.
Miento. Tu recuerdo me persigue.

viernes, 11 de febrero de 2011

Algo que ni siquiera existió

Tus ojos lloran, lloran por algo que no existe. Lloran por algo que ni siquiera existió, que nunca va a existir, que simplemente se ha ido, para siempre. Y no merece la pena desgastarse por eso, que puede haber más. Y espero no equivocarme esta vez, y que todo se repita. Que nada vuelva a ser como antes, que todo quede como está. Cambia, por favor.
Y espero no haberme equivocado.

jueves, 10 de febrero de 2011

La gente no tiene corazón,

¿Qué? ¿Querías verme llorar? Vale, ya está, ¿contento? Igual quieres que te dedique una lágrima. Oh, no, las quieres todas, ¿a que sí? Vale, venga, ven a por ellas, te las meto en un tarrito y te las llevas, ¿vale? De recuerdo, ¿quieres? Te las quedas. Para siempre. Para toda la eternidad. Hasta que te canses de ellas, hasta que te arrepientas, hasta que los recuerdos en ellas comiencen a ser transparentes. Hasta que el mundo decaiga. Hasta el fin de él. Pero no nos desviemos, estamos hablando de ti. Sí, de ti, ese eres tú, el que habla y luego se esconde, el que da y espera recibir. Que pasas desapercibido pero eres grande, te crees grande. Y sí, déjame decirte, que lo único grande que tienes es el ego que se arrastra detrás de ti tras los umbrales de las puertas, como tu sombra, a decir verdad, tu único amigo. Estás ciego, tus ojos no ven. Date cuenta de la vida de una vez, por favor.

lunes, 7 de febrero de 2011

forget


Necesito salir de aquí, como sea. Olvidarme de todo. Comenzar de nuevo. Que todo vuelva a ser como antes. Pensar que nada hubiese pasado. Que aún es todo como siempre fue. Que esto sólo es un pequeño obstáculo en el camino. Que esto se irá. Se evaporará. Desaparecerá. Como si nunca nada hubiese existido. Que siempre nos queda una sonrisa enterrada bajo miles de lágrimas. Que sigue existiendo esa puerta por la que escaparse un milenio entero, volver y no ser mayor. Los recuerdos. Salir de aquí. Olvidar. Todo... todo... todo...

sábado, 5 de febrero de 2011

made in eli

Hay un dicho que dice que nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. En cierto sentido, tiene razón, y me parece que lo he experimentado por mí misma varias veces. En otro sentido, no, no lo tiene. Yo sé, también en cierto sentido, lo que tengo y que concierne a cierta persona, y no será porque la haya perdido, nunca, nunca, nunca; no la estoy perdiendo y espero no perderla nunca. Nunca, es una palabra muy profunda. Nunca significa en ningún momento, jamás. Y siempre es su antónimo. Y una buena palabra siempre tiene antónimo.
Me gustan las buenas palabras. Me hacen sentir bien. Me hacen sentir que puedo jugar con ellas y tornarlas a mi gusto. Por ejemplo, con una pareja de sinónimo-antónimo, puedes hacer de todo, desde una buena ironía, hasta una antítesis o una paradoja. Me gustan las buenas palabras.
Puede haber una persona, dos, o más, quizás todo el mundo, a la que no le gusten las palabras. Ni las buenas, ni las malas. Personalmente, no creo que haya malas palabras. Unas gustan más, y otras menos. Por ejemplo, si le preguntas a una persona que cuál es su palabra favorita. No prometo nada, pero lo más normal sería que te diga amor, amistad, o algo por estilo. Si me preguntas a mí, puede que te diga que mi palabra favorita es lágrima. En realidad no lo es. Sólo me gusta esa palabra. Lágrima. Es bonita. Es una de mis favoritas, pero no mi favorita. Nunca la diría.
Una palabra buena puede ser juguete para un niño de dos años. Puede ser amigo para un niño de diez. Puede ser amor para uno de veinte, pero también lo puede ser para uno de cien. Cada persona elige las palabras con las que expresarse. Puede escoger entre las buenas y las menos buenas. No creo que nadie te diga que su palabra favorita es matar, o guerra, o algo así. Puede decirlo, sí, pero no sentirlo. Yo digo palabras y las siento. Al igual que tú escuchas música, o lees un libro, o hablas por teléfono, o simplemente vagueas.
Hay gente que dice que no se puede vivir sin las matemáticas. Bien, yo no les contradigo, sólo digo que sin palabras, ya menos letras, no se puede vivir. Es imposible.

secreto.


Sería bonito que volviésemos a ser amigas, como antes, tantos momentos juntas de los que ahora ya ni te acuerdas. Cuando yo pensaba que ibamos a ser inseparables... y ahora nisiquiera hablamos. Que ahora me servirías de mucha ayuda. Y que por culpa de un puñetero momento me han quitado todo. Que tú lo eras todo. Me gustaría volver a poder, al menos, hablar conmigo como si nada hubiese pasado. Me gustarían muchas cosas, ¿sabes? Tantas cosas imposibles...

miércoles, 2 de febrero de 2011

letters.

Guardadas bajo llave en dos sitios se encuentran tus cartas. El primero, perfectamente accesible para todo el mundo, la estantería de mi habitación, en una caja. La segunda, accesible para nadie, mi corazón. Todas tus cartas, las siete que conservo, durante cuatro años tuvimos esa correspondencia, esa que me hacía correr hacia el buzón todos los días y mirar por el hueco a ver si había alguna carta tuya. Casi todos, por no decir todos los días, cogía algún álbum de los nuestros y podía perderme en nuestras miradas de felicidad durante horas. "Eres mi mejor amiga, y te quiero mucho" escribiste, desde los seis años durante tanto tiempo. Un día, hace cuatro años, te escribí dos cartas. Una no llegó, la otra no fue respondida jamás. Ahora que acabo de verlas todas, me pregunto dónde estarás, si sigues viviendo en Oviedo, si sigues viviendo. Te vi un día, sí, pero casi ni me acuerdo de tu cara. Casi ni puedo continuar haciendo tus retratos anuales, esos en los que me imagino cómo serías ahora. Cuando estoy triste, simplemente evoco alguna de tus sonrisas plantadas en las fotos, o leo alguna de tus cartas para llenarme otra vez de nuestros recuerdos. Y te echo de menos, Belén. Aún recuerdo tu dirección de cabo a rabo, cuando quieras la recito. Aunque sea posible que no te vea jamás. Y aunque sea posible que ni siquiera vuelva a saber de ti jamás, seguiré echándote de menos, hablando de ti, recordándote, como en esos tiempos en los que nada nos importaba, unas niñas de cuatro años que pasaron felices pero volando para mí en el Buenavista I. Siempre lo recordaré.

so.

Tan voluble como una hoja de fresno en un día de otoño lluvioso, en el que la lluvia no cesa y los primeros vestigios de nieve se comienzan a apreciar, entre los árboles, que sobreviven, que aguantan a todo lo que quieras, a todo lo que se interponga en su camino... y ahí está la cuestión, ¿por qué dos cosas tan parecidas y tan relacionadas como una hoja y un árbol son tan diferentes? No hay más ejemplos. Se llama vida.

martes, 1 de febrero de 2011

El último deseo.


-Vereena...
-No mires. Vamos.
Cruzaron el patio, junto al rosal de las rosas azules, apoyándose el uno en el otro. Nivellen se tocaba el rostro incansablemente con la mano libre.
-No me lo creo, Geralt. ¿Después de tantos años? ¿Cómo es posible?
-En cada cuento hay una semilla de verdad- dijo el brujo en voz baja-. Amor y sangre. Ambos tienen mucha fuerza. Los magos y los Sabios se rompen la cabeza con este problema desde hace años, pero nunca han conseguido llegar a ninguna conclusión, exceptuando que...
-¿Qué, Geralt?
-El amor debe ser verdadero.

Adrzej Sapkowski. La Saga de Geralt de Rivia.