domingo, 28 de noviembre de 2010

(:


Si tuviera las ropas bordadas del cielo,
entretejidos de luz dorada y plateada,
los vestidos azules, opacos y oscuros.
De la noche, del día y de media luz,
los extendería a tus pies;
pero soy pobre, sólo poseo mis sueños,
que desplegué a tus pies,
pisa con suavidad, porque pisas mis sueños.
_
En la noche que no permite escuchas
yazgo solo en mi nido de cazador,
leo libros leídos tiempo atrás, hastiado,
hasta que el reloj me induce al sueño.
He aquí las colinas, los vastos bosques,
he aquí mis soledades cubiertas de estrellas
y allí el río, en cuyas riberas
leones rugientes se reúnen para beber.

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